A menudo, nos encontramos ante situaciones en las que no queremos o no podemos cumplir con una tarea o compromiso que se nos ha asignado. En lugar de reconocer esta realidad, tendemos a buscar excusas para justificar nuestro comportamiento. Pero, ¿por qué hacemos esto? ¿Qué hay detrás de nuestra tendencia a inventar excusas?
En términos generales, la principal razón por la que inventamos excusas es porque queremos proteger nuestra autoestima. Si no cumplimos con un compromiso o tarea, podemos sentirnos inadecuados, incompetentes o incapaces. La excusa se convierte en una forma de proteger nuestra imagen y evitar sentirnos mal con nosotros mismos.
Además, en algunos casos, podemos inventar excusas para evitar enfrentar las consecuencias de nuestras acciones. Si sabemos que no cumplimos con una tarea y que eso tendrá consecuencias negativas para nosotros, podemos inventar una excusa para evitar esas consecuencias.
Otro factor que influye en nuestra tendencia a inventar excusas es el miedo al rechazo o al conflicto. Si pensamos que una tarea o compromiso nos va a generar conflictos o rechazo por parte de otras personas, podemos inventar una excusa para evitar esa situación.
Inventamos excusas para proteger nuestra autoestima, evitar enfrentar las consecuencias de nuestras acciones y evitar conflictos o rechazo por parte de otras personas. Sin embargo, es importante recordar que inventar excusas no resuelve el problema subyacente. En lugar de ello, debemos aprender a ser honestos con nosotros mismos y con los demás, y afrontar las situaciones difíciles de manera responsable y efectiva.