El estudio realizado por investigadores de Harvard se enfocó en analizar muestras de sangre de pacientes y modelos animales antes, durante y después de eventos estresantes como cirugías, COVID-19 y embarazo. Utilizaron relojes biológicos que miden la metilación del ADN, un proceso molecular que indica un mayor riesgo de enfermedades y mortalidad.
Los resultados revelaron que durante situaciones de estrés fisiológico severo, hubo un aumento en la edad biológica. Sin embargo, también demostraron que este parámetro volvía a sus valores normales una vez superado el estrés.
Aunque los investigadores señalan que los relojes biológicos utilizados son biomarcadores que pueden estar influenciados por otros factores no identificados, también destacan que no todos los individuos recuperaron su edad biológica a la misma velocidad o en la misma medida. Estos hallazgos resaltan la importancia de comprender cómo y por qué aumenta la edad biológica, así como mejorar los procesos de recuperación en futuros estudios.
El concepto tradicional de que la edad biológica solo puede aumentar a lo largo de la vida ha sido desafiado por este estudio de la Universidad de Harvard. Los resultados sugieren que es posible identificar intervenciones que podrían ralentizar o incluso revertir parcialmente la edad biológica.
Esto podría abrir la puerta a nuevas formas de ayudar al cuerpo a recuperarse del estrés y, en última instancia, aumentar la longevidad. Aunque se necesitan más investigaciones para comprender completamente estos procesos, estos hallazgos brindan esperanza y un enfoque prometedor para el futuro de la medicina y la lucha contra el envejecimiento.
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